El texto leído hacia referencia a las huellas directas que las personas “imprimen” en el lugar donde estuvieron. Los rastros que comunican que paso allí, que describen de algún modo a quien frecuento el espacio, esa parte que al abandonar el lugar se olvido ahí, esa huella que indica que alguien recorrió, que alguien vio que alguien sintió al menos por un momento este espacio, y se apropio de el, el tiempo que duro su visita. En este trabajo me parece un buen punto pensar en la riqueza que pueden brindarle a la fotografía estas “pistas” y se me viene a la cabeza la clase teórica donde el profesor decía que todos somos un poco detectives, investigando las características de esa persona que paso, de ese hecho que ocurrió, de eso que dejo una imagen en el lugar q nosotros estamos retratando, que lo construye, que lo hace habitable.
En el caso particular de mis fotografías, creo que en el lugar que elegí estas huellas serian más bien “huellas tacitas” que no se ven, pero están. El hecho de que este lugar siempre este limpio habla de cómo la gente que lo frecuenta lo cuida, al considerarlo un lugar d paz y reflexión se respeta el momento del prójimo, todos entran a la capilla en silencio, sin molestar, sin dejar suciedad en ningún rincón, las paredes no tienen ni una marca y todo esto habla de aquellos que visitan la capilla y con la finalidad que fue construida.
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